DE LA ZONA ROSA A LA ZONA ROJA (LO VOY A
MANDAR PA´L CHOCO, WEON)
Agente Murillo, acaba de ser
trasladado para el Caquetá
-¿Que pa´l Caquetá? Que pa´ mi casa es
que me voy
El reciente episodio del joven Nicolás
Gaviria, al parecer un pariente lejano del expresidente Gaviria (este lo niega)
pone de manifiesto una vez más la imagen distorsionada, colonialista y
discriminatoria que aún persiste en gran parte del imaginario colectivo de las
élites colombianas respecto a la “provincia”.
La expresión que en tono amenazante
lanzó Gaviria (el pariente negado) contra el agente de policía que adelantaba
el operativo solo es un reflejo de como ven, ciertos individuos que se
consideran “privilegiados”, al resto de los ciudadanos.
Este tipo de comportamiento si bien no
es exclusividad de los políticos, si son ellos quienes más caen en estas
prácticas, y eso tiene una clara explicación: el poder que los ciudadanos le
hemos dado a esta “casta”. En un país como el nuestro, toda decisión,
cualquiera que esta sea, está influenciada por un político en ejercicio o
“retirado”.
Mientras que en otros países el
respeto y reconocimiento social lo tienen y bien ganado, los científicos y
académicos en general, en nuestro país dichos criterios están invertidos. Acá
es más importante ser (o aparentar) que saber. Una sociedad que privilegia lo
material y la apariencia sobre el conocimiento y la ciencia tiene que estar
condenada a la miseria material y espiritual, es por ello que episodios como
este no nos deben de extrañar. Esa es la sociedad que hemos construido y la
cual reforzamos cada elección. No somos otra cosa, no damos para más.
Quizás dentro de su perspectiva y
cosmovisión, construida por un entorno que lo educó y le reforzó día a día esa
visión, el considera que el Chocó es el infierno en la tierra, zona de
destierro y castigo, una Siberia, a donde deben ir purgar condena todos
aquellos que se atrevan a desafiar y retar el “poder”. Que insolente ese agente
muerto de hambre, osar tomar por las muñecas a este joven indefenso, bien educado
y mejor relacionado. No merece peor condena que la húmeda y desmoralizante
jungla chocoana.
El mal trato hacia los agentes del
orden por parte de políticos, indígenas, ciudadanos del común y todo aquel que
considere que posee u ostente alguna cuota de poder, si bien no es una conducta
nueva si se ha hecho más evidente y recurrente en los últimos años.
Al policía se le ha perdido el
respeto, la consideración y porque no, hasta el “temor”. Las redes sociales nos
registran día a día los ataques físicos y verbales, humillaciones y vejámenes a
los que son sometidos día a día los agentes que intentan mediar o resolver
cualquier situación de alteración del orden. Y lo peor es que no tienen ningún
tipo de defensa. Ni de la ciudadanía ni de sus superiores, los cuales solo
atinan a responder de manera mecánica, cual libreto memorizado, que “se
realizará una investigación exhaustiva”; “vamos a llegar hasta las últimas
consecuencias, caiga quien caiga”.
Gran parte de culpa de esta situación
recae en el presidente Juan Manuel Santos. A raíz de los diálogos de la Habana,
que no de paz sino de sometimiento y entrega de la institucionalidad a 11
vejetes y regordetes pandilleros asalta caminos que han sido elevados a la
categoría de contrapartes de los negociadores del gobierno (narcoterroristas
plenipotenciarios legitimados) los militares y policías han venido siendo
sometidos a todo tipo de humillaciones y desmoralización al ser comparados y
puestos al mismo nivel de estos criminales.
Eso tiene un efecto reflejo en la
sociedad, la cual embelesada con el discurso de la “paz”, ya no ve a los
militares y policías como parte legítima de la institucionalidad y como factor
de equilibrio y orden social, sino más bien como un obstáculo para tan noble (y
nobel) propósito en el cual nos ha embarcado a todos los colombianos “Juampa”.
¿Es el Chocó un “moridero” (y parodiando a nuestro nobel de literatura),
donde las estirpes condenadas a cien años de soledad, hambre, miseria, abandono
y olvido no tendrán nunca ni para siempre una segunda oportunidad sobre la
tierra?